Oficiales y soldados lo conocen.
Cuando notan que sus cojones están a punto de estallar con el semen acumulado, enfilan al escondite donde la perra traga leches los mamará hasta dejarlos satisfechos y secos.
El puto goloso chupa tantas vergas que muchos días no necesita tocar las raciones de alimentos porque está sobradamente satisfecha su hambre.
Más de una noche alguien se ha subido a su litera para romperle el ojete a vergazos.
Pero de eso no se habla; la jerarquía del Macho que la folla ha impuesto silencio.
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