Si tienes dinero suficiente y te gusta usar a tu antojo a chicos calientes y sumisos,
tendrías que acceder a las subastas de esclavos sexuales.
En algunos lugares exclusivos alrededor del mundo se trafica carne de primera calidad,
jóvenes que voluntariamente o no han sido domesticados y están dispuestos a satisfacer todos tus caprichos.
Cuando te canses de usarlos y quieras renovar a tus mascotas
puedes recurrir al mismo mercado para que los vuelvan a subastar, recuperar el dinero invertido
y utilizarlo en la compra de un nuevo esclavo.
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