11/1/19
Entre Machos
Amanece en la sabana que huele a sangre fresca.
Dos Machos cubiertos con una capa de sudor y polvo gruñen y jadean luchando entre si.
Los dientes afilados muerden la carne en disputa, las garras alternan zarpazos para lastimar al rival y apoderarse de la presa.
El resto de la manada babea deseo mientras observa la lucha.
Desde el comienzo de los tiempos, cuando dos Machos quieren lo mismo emplean sus mejores armas para dominar al rival.
Ni lo piensan, lo sienten y ya.
La decisión es poseer lo deseado y se peleará hasta el último aliento.
No se sabe cuando fue la primera vez que la presa anhelada resultó ser el rival.
Pero a partir de ese momento. y hasta hoy, algunos Machos se enfrentan entre sí para adueñarse uno del otro.
Por más amoroso que comience el sexo entre Machos siempre culmina en una victoria violenta protagonizada por el Dominante y el dominado.
El cazador y el caníbal, que dormitan en un rincón de la reprimida cultura, se despiertan al contacto eléctrico de las pieles erizadas.
Uno hiere, con la lanza más primitiva, la cálida morada interior del otro.
El otro estruja el trozo de carne invasora del rival para exprimir su esencia y devorarla.
Cuando el resto deja de existir, y la realidad percibida es una masa caliente y húmeda en una tiniebla roja, se muerden, gritan, se azotan, se escupen y se lamen.
El tiempo y el espacio corren disparados, enloquecidos, hasta estrellarse contra un muro placentero y doloroso, y estalla.
Después cesan los estremecimientos, y la llovizna sobre los cuerpos de lava refresca el ambiente. Nadie sabe cuanto tiempo durará la tregua.
Ovejanegra
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