Dos esclavos pertenecientes al catálogo de una agencia se someten a la evaluación de un cliente.
Están acostumbrados a ser tratados como ganado que debe seleccionarse para faenar.
Por suerte para nosotros y para desgracia de él, uno de ellos es seleccionado.
El proxeneta explica entonces, impasible, los términos del contrato y proporciona al cliente instrumentos BDSM como un flogger, látigo, y esposas, obviamente, destinados a utilizar en la sesión con la víctima.
Palpado y manoseado el esclavo tiene la sensación de estar en el borde.
Más tarde comienza su sufrimiento, una brutal flagelación ejecutada por este cliente sádico.
Las ronchas consecuencia del mal trato le cubren su espalda.
El dolor obvio no le permite mantenerse de pie, pero su torturador implacable obliga a hacer flexiones y exigentes abdominales.
El pobre muchacho los lleva a cabo, obligado por el látigo tirano manejado por un maestro de la materia.
Su bello cuerpo esta al límite de la resistencia...pero el esclavo sabe que esto solo el comienzo.
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