Tiempo muerto en un campamento militar de hombres solos, abstinencia y hambre de sexo...y suceden cosas como esta...
Tanta familiaridad con los obuses que a algunos se les despierta la curiosidad de saber si se siente delicioso que te metan uno por el ojete.
Y como parece que el resultado es muy satisfactorio no tarda en aparecer el joven recluta atraído por las exclamaciones de gozo,
y exige caprichoso: -Yo también quiero!
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