25/8/13

Red Riding Hood


Un buen bondage inmoviliza al sometido dejándolo en una postura vulnerable a merced de su Sometedor.
También se busca un efecto de belleza derivada de la extravagante e incomoda postura del cuerpo atado.
Este perro ofrece lomo, culo y patas disponibles para trabajarlas con vara, látigo o cera.
El Dominante se decide por aplicarle bastinado con vara flexible en la planta de los pies,
mientras le oprime la cara con una gasa.


Como el puto ha soportado dignamente la disciplina,
es recompensado con una buena dosis de leche caliente.


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